Una vez que vemos constatado el
proceso de regresión social, la pregunta es dónde radica el límite teórico del
mismo. Podemos apreciar que no existe tal límite y que la realidad se nutre de
la necesidad coyuntural y de un determinado marco jurídico que la avala y que
propicia nuevas transformaciones orientadas en el mismo sentido, y que fenómenos
como el servilismo, la dependencia o la esclavitud no son tan extraños ni tan
imposibles de alcanzar por este mecanismo. Cuando la masa trabajadora pierde
totalmente el dominio sobre los medios de producción, y estos son escasos, ¿qué
tiene que hacer para alcanzar cuando menos la subsistencia?
Esa es la circunstancia, no es
tan extraña a nuestra realidad, por lo que sólo queda habilitar vías de escape
a la desesperación personal, poniéndose de manifiesto que ahora, como ya en
estadios anteriores, no tiene que ser necesariamente un fenómeno impuesto sino
más bien uno que venga acompañado de una demanda social o una respuesta a esa
desesperación.SIGUE