BIPOLARIDAD POLÍTICA
En los capítulos
precedentes de la teoría social hemos hablado de la bipolaridad económica como
de algo (una desigualdad) inherente a nuestra realidad social y económica y,
más allá de esto, como de un principio que la gobierna. El principio de
bipolaridad, en realidad, subyace en todas nuestras relaciones y en todos los
sistemas, sociales y físicos. Es por esto que, antes de seguir nuestro
desarrollo y ahondar en la importancia de este comportamiento en los sistemas
económicos, tenemos que extender el concepto a dichos sistemas sociales, y
mostrar de qué modo esta bipolaridad, la bipolaridad política, es el motor de
toda transformación social y antes de eso personal.
En efecto,
estamos obligados a mostrar de qué modo el psicologismo resulta ser el
fundamento de toda relación política (entre dos), dando lugar a toda una serie
de encuentros y desencuentros, y de qué manera se pone y se ha puesto de
manifiesto socialmente entre grupos o estamentos dando lugar a la lucha de
clases.
Lo segundo es
reflejo o extrapolación de lo primero, ahí su importancia, pero lo primero,
además, está en la base de la educación, en lo que somos como individuos, en
nuestra respuesta ante las cosas de la vida, etc. y se ve afectado enormemente
por lo segundo. Existe de hecho una relación directa (implicación y
complicación) entre los aspectos psicológicos y los sociológicos, y existe la
posibilidad de establecer en un caso y otro formas de funcionamiento higiénicas
y eficientes mediante la supresión de resistencias innecesarias, que es, en
definitiva, la metodología aplicable a todos los sistemas (económicos y
políticos) para alcanzar un perfecto funcionamiento, y la esencia de nuestro
modelo.
Estas cuestiones
las abordaremos y desarrollaremos más tarde, centrándonos aquí en la
presentación (El hombre bipolar), y en los aspectos meramente sociales de la bipolaridad
política y en cómo —de acuerdo con Marx— transforma a las sociedades mediante
la transformación de las relaciones de producción (Bipolaridad del poder
político). Posteriormente, hecho este análisis,
estaremos en condiciones de establecer con precisión nuestro momento o altura
social, esto es, en qué punto de las relaciones políticas y evolución social
estamos, en función de las perspectivas de crecimiento económico y de las
posibilidades del sistema vigente, lo que nos permitirá, conforme al esquema trazado
sobre el efecto transistor, determinar las limitaciones del sistema y las
condiciones para vencerlas o superarlas.
1. El hombre bipolar (4ª
entrega)
En la 4ª entrega de
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