(mail enviado a los distintos grupos)
Esta debe de ser, casi sin duda, la primera comunicación
transversal del 15-M, la primera que está dirigida —y
concierne— a todos los colectivos que de una
forma u otra han participado en dicho movimiento o forman parte del descontento
social (ACAMPADAS, DRY, ASAMBLEAS CONSTITUYENTES, ATTAC, etc.)
Pretende ser una invitación a la reflexión general, que nos
permita calcular dónde estamos, averiguar si se ha fallado en qué se ha
fallado, qué se pretendía ser y qué se es, etc. y una oportunidad para sumar
fuerzas (todas las fuerzas) y mejorar, lo que sin duda es condición sine quo
non (necesaria pero no suficiente) para el éxito.
Este éxito está condicionado por muchos factores, factores
que hoy por hoy lo hacen imposible. Por esto tenemos que mejorar. Desde esta iniciativa,
nos hemos dedicado fundamentalmente a teorizar sobre las posibilidades del
éxito, sobre la contemplación de esos factores, que son ausencias de
estrategias e inconsistencias que medran su posibilidad, y, de forma análoga,
sobre la necesidad de unificar criterios y priorizarlos —al
margen de que cada grupo pueda llevar una batalla particular— o, lo que es lo mismo, sobre la necesidad de
establecer una Teoría social o propuesta de
sociedad que nos represente a todos, y que sirva como base o columna vertebral
de todas las propuestas o acciones; y que, de otra parte, nos permita
exportarla (hacerla entendible) al resto de la sociedad, como condición
indispensable también de toda transformación que pretenda ser general.
Teorizar consiste fundamentalmente en plantear mil
objeciones, en anticiparse y dar respuesta a todos los cuestionamientos, a
todas las exigencias, y constituirse en referente claro, consiste en presentar
un esquema claro de sociedad y una metodología clara para alcanzarlo: es
imposible una transformación social en la dirección que queremos si no es
comprendida y amparada por una amplia masa social.
Esto nos lleva a que este éxito no es el éxito de un grupo o
un conjunto de grupos sino de una idea que está por encima de los grupos, de sus
preferencias, de sus anhelos, de sus necesidades. Este éxito deberá tener una
forma muy concreta que hay que definir (no vale cualquier forma de éxito).
La lucha, en consecuencia, también tiene que tener una forma
muy concreta. Nosotros, como sociedad disconforme, anhelábamos un proceso de
concienciación social, y lo tuvimos (el 15M), pero no expresaba exactamente lo
que necesitábamos, luego se ha desplazado al conjunto de una deteriorada clase
media, y tampoco representa exactamente lo que quereros, que, como siempre, no
es lo que los interlocutores sociales de forma oportunista dicen que queremos.
En efecto, incluso ésa parte de la sociedad que está pagando los platos rotos
se cuestiona la oportunidad y conveniencia de una oposición férrea o una
demanda circunstancialmente inasumible.
No representa lo que queremos porque se mueve una vez
más mediante la ley del balancín o lucha
de fuerzas y contra-fuerzas (acción y reacción), y no mediante otra de vasos
comunicantes que represente un salto cualitativo, el de una sociedad con una
sola idea de sociedad. Hoy, en medio de esta crisis/regresión social ya no
basta con reaccionar o contener, tampoco sirve establecer una pugna abierta —y perdida de antemano—
sobre cuestiones que el conjunto de la sociedad
ve (con meridiana claridad) que
no pueden ser nada más que de una manera: la realidad económica manda, sólo
vale un grado de aceptación y unas estrategias de futuro. Por ejemplo, no sirve
de nada hacer un sufragio pidiendo que suban las pensiones, no sirve de nada
ese alarde de democracia, ese derroche de buenismo, sólo sirve un
emponderamiento de la riqueza (que no confiscación o adueñamiento), que haga
posible esa demanda. No sirve de nada luchar contra la infinidad de efectos
nefastos a los que da lugar un determinado marco socioeconómico, sólo sirve
cambiar ese marco.
Pero no basta con decir lo que queremos, tenemos que saber
decir cómo llegar hasta ello, cómo se conjuga el modelo de sociedad elegido con
los recursos y las oportunidades, y la forma de hacerlo (es por esto que la
teoría social tiene que ser una teoría económica), y hacerlo sin quebrar/parar
la dinámica social (trasplantar un corazón parado no tiene mérito). Todo lo
demás es un brindis al sol.
“¡Hay que eliminar los paraísos fiscales! Muy bien, pero
cómo… ¡listo! Sacando la ley que elimina los paraísos fiscales…” ¡Estamos
arreglados! ¿Cómo dar un mismo argumento que sirva, además de al sensato, al
nihilista, al necesitado y al ignorante? A este público.
Dejemos de ser timoratos y soberbios. Dejemos de ser
ingenuos y complacientes (y, por supuesto, manipulables). Seamos serios, demos
los pasos que podemos dar. La aceptación de nuestra realidad es dolorosa, la
aceptación de la realidad de los demás, también. Pero es imprescindible. Eso es
crecer. La disyuntiva es hacerlo o eternizarnos en una acción dispersa e
inefectiva.
Todos sabemos cómo se presenta esa acción dispersa. Todos
sabemos diferenciar una acción verdadera de un ruido de fondo, como el que
producen las abejas con las alas cuando se rozan unas con otras. Ellos también
lo saben. La madurez social no sólo es respecto de lo que queremos y respecto
de la forma de las soluciones sino respecto de la posibilidad de ser o no
neutralizables, y esto va en función de lo que las acciones aparenten ser un
mero ruido de fondo. Como dice la canción: “no quiero hablar de la lucha…, si
no estamos preparados”.
La
Sociedad Inversa es un ejercicio de madurez social, un
cálculo de las verdaderas posibilidades, una identidad revolucionaria nueva: la
del hombre que en su revolución contempla todas las cosas (o casi), la del
hombre que no quiere ganar esta lucha de
clases sino superarla. La Sociedad Inversa es un modelo de sociedad basado
en la exigencia y la higiene social (principios).
Nota: Salvado esto, sólo sirve dar los pasos apropiados para
conseguir una verdadera operativa entre los grupos interesados, y buscar y
alcanzar el mismo compás (ya está bien de mover las alas), y con él la certeza
de que se vaya hacia arriba o hacia abajo se está yendo hacia delante, hacia un
sitio muy concreto y concretado. Esta operativa mínima vendrá en comunicación
posterior y/o a través de la propia página.