En la 1ª entrega de la Teoría social se explica el principio
de bipolaridad como principio básico del desarrollo, poniendo de manifiesto que
si bien es cierto que es un principio fundamentado en la desigualdad, también
lo es que en dicha desigualdad se apoya el crecimiento y la evolución social. Esta
desigualdad no se debe entender como tal sino como un reservorio (polo o potencial) imprescindible para la creación
de un flujo de riqueza y desarrollo, justo el que está faltando ahora por otras
causas. Para
ver que esto es así sólo hay que darse cuenta de cómo los pueblos subdesarrollados
sólo pueden repartir su propia miseria, porque sólo mediante la acumulación de
excedentes en un polo hay una posibilidad real de inversión y de todo lo que
ésta produce.
La cuestión, por tanto, no es anular la desigualdad
totalmente, que es contrario a la lógica y a la vida —o a la naturaleza de las cosas—, sino conocer la
forma en la que opera para hacerla mínima y efectiva, esto es, compatible con el
crecimiento, el desarrollo social y la dignidad humana; y conocerla para
hacerla —contrariamente a lo que ha venido sucediendo— predecible y gobernable.
A partir de aquí estableceremos un modelo que nos permitirá
ambas cosas.[SIGUE]
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